Ha llegado octubre y, aunque el verano sigue sintiéndose, ya las noches y sobre todo las mañanas empiezan a ser frescas. Éstos días estoy empezando a ver en la zona donde vivo los primeros montones de mantillo a las puertas de algunos jardines. Sus dueños se preocupan por cuidar el césped durante el invierno para que la primavera que viene esté impecable. Lo que no saben es que están cometiendo un error.
El mantillado de invierno del césped debe hacerse en invierno, como su nombre bien indica. Si echamos mantillo al césped antes de tiempo, cuando lleguen las primeras heladas nuestro césped estará desnudo porque la capa generosa de mantillo que habíamos echado habrá desaparecido en parte por la acción de las lluvias, el sol y por su descomposición natural.