Los pájaros en el jardín

Hace ya más de un año, escribí un artículo titulado Atraer pájaros al jardín y otro titulado Los sonidos del jardín, en los que hablaba sobre las aves.

Al llegar a un jardín por primera vez, siempre me fijo además de en su distribución, flores, arbustos y árboles (deformación profesional, no lo puedo remediar) en el sonido que se escucha alrededor. Creo que no hay sonido más bonito que el canto de los pájaros y de otros animales (grillos, cigarras, ranas…). Me encanta sentarme en el jardín a última hora de la tarde y escuchar todo lo que se oye alrededor. 

Una prima mía me regaló hace algún tiempo un nido para pájaros con forma de casita de madera. La primavera pasada la colgué junto a un rosal trepador de mi jardín pero no tuve éxito. No os imagináis cuál ha sido mi sorpresa cuando hace unos días descubrí por casualidad que del nido salía el «pío, pío» de varios polluelos. Después de mi descubrimiento he pasado bastante tiempo observando el nido para ver qué pájaro entraba y salía de él hasta que he logrado identificarlo como un carbonero. Nunca he llegado a tocar el nido para evitar que los padres lo rechacen o que se caiga algún polluelo así que no sé cuántos hay, pero por el ruido que hacen cuando se acerca la madre para alimentarlos, calculo que deben ser al menos 4 ó 5.

Ésta es una foto del carbonero entrando en el nido. Es de muy mala calidad pero algo se ve. Al lado del nido tengo un comedero con semillas para aves silvestres, y parece que les gusta.

Carbonero entrando en nido

Con mucha paciencia también he logrado grabar un breve vídeo del pájaro entrando en el nido para alimentar a los polluelos y, a los pocos segundos, saliendo de él. Perdonad, porque también es de muy mala calidad.

Mi abuelo es una de las personas que más ha influido en mi afición por las plantas y los pájaros. Él tenía una colección inmensa de cactus y crasas plantados en los sitios más inverosímiles, desde un tapón de botella hasta un cd o una tarjeta de crédito vieja, también en todo tipo de botes, caracolas, conchas, tejas, ladrillos…, a los que les dedicaba horas y horas todos los días. Ahora que tan de moda están los jardines verticales como algo novedoso, me atrevo a decir que mi abuelo ya los creaba antes de que nadie hablase de ellos. Además de curiosa, la colección era bien bonita. Mientras regaba y plantaba sus cactus, siempre tenía alrededor algún carbonero, petirrojo o tórtola comiendo miguitas de pan o alpiste. Él decía que ya le conocían y que ya no se asustaban de estar cerca de él. Os dejo un vídeo que ya publiqué hace bastante tiempo de uno de esos carboneros «de mi abuelo» comiendo cacahuetes pinchados en un alambre. ¿Será el mismo carbonero que a falta de mi abuelo se ha venido a mi jardín? Quién sabe…

En nuestra tienda online encontrarás nidos y comederos para atraer insectos y pájaros a tu jardín.

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